Jaume Collboni retira el apoyo a La Terrasseta de Gràcia y pone en riesgo un comedor social clave para la integración

El comedor social La Terrasseta de Gràcia, gestionado por la Asociación Rauxa, enfrenta su momento más difícil tras 24 años […]

El Ayuntamiento de Barcelona deja sin apoyo económico a La Terrasseta de Gràcia tras 24 años de servicio. La decisión pone en peligro un comedor social.

El comedor social La Terrasseta de Gràcia, gestionado por la Asociación Rauxa, enfrenta su momento más difícil tras 24 años de servicio. El Ayuntamiento de Barcelona, liderado por Jaume Collboni, ha decidido no renovar el contrato que aseguraba la continuidad de este espacio, alegando cuestiones legales en el proceso de adjudicación. Sin embargo, la entidad denuncia que la decisión es arbitraria y pone en peligro un proyecto que no solo proporciona alimentos, sino que también ayuda en la integración de personas en situación de vulnerabilidad, especialmente alcohólicos rehabilitados.

Según la presidenta de la asociación, María Luisa Marín, el consistorio no informó con suficiente antelación sobre la nueva licitación, dificultando la presentación de una oferta viable. La entidad denuncia que la multinacional Aramark, que ha ganado el concurso, recibirá el doble de financiación por comida respecto a lo que se destinaba a La Terrasseta, evidenciando una política que prioriza la privatización sobre la proximidad y la calidad del servicio.

El gobierno de Collboni defiende la medida alegando que el nuevo modelo de comedores sociales «dignifica» el servicio con mayores espacios y horarios ampliados. Sin embargo, desde La Terrasseta se reivindica su modelo acogedor, con comida casera y un trato personalizado que difícilmente se podrá replicar en instalaciones más grandes y despersonalizadas. Además, se cuestiona que el Ayuntamiento haya excluido un proyecto avalado por entidades como Cáritas, la Fundación Paco Candel y el Banco de Alimentos.

A pesar de la falta de apoyo municipal, La Terrasseta sigue funcionando gracias a donaciones privadas y al esfuerzo del equipo, compuesto en su mayoría por personas que han encontrado en este comedor una segunda oportunidad. La retirada de la financiación es un golpe para un modelo de ciudad solidaria y de proximidad, y pone en evidencia la falta de sensibilidad social del actual gobierno municipal.

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