Barcelona ha dado un nuevo paso para completar la conexión del tranvía por la Avenida Diagonal, aunque sin despejar todas las dudas. PSC, Barcelona en Comú y ERC han acordado financiar la ampliación del tranvía hasta Francesc Macià, pero sin fijar una fecha para su ejecución. La indefinición del gobierno de Jaume Collboni mantiene en el aire la conclusión de una infraestructura clave para la movilidad de la ciudad. Junts, PP y Vox han votado en contra, defendiendo los autobuses eléctricos como alternativa.
El gran escollo del acuerdo ha sido el calendario. Mientras que Barcelona en Comú propuso que la licitación de las obras se realizara en febrero, el PSC se ha opuesto a marcar un plazo concreto. Finalmente, los comunes han aceptado ceder para desbloquear el acuerdo, aunque han insistido en la urgencia de la obra. “El tranvía hasta Francesc Macià es una infraestructura de sentido común para la ciudad y el Área Metropolitana. No puede seguir en el limbo”, ha declarado Janet Sanz, presidenta del grupo municipal de BComú.
La conexión total del tranvía es una pieza clave del Plan de Movilidad Urbana y un paso hacia la descarbonización de Barcelona. Según los estudios del Ayuntamiento, su finalización permitirá reducir la entrada de 12.000 vehículos diarios y beneficiará a 220.000 usuarios al día. Además, mejorará la conectividad entre barrios y con las ciudades del Área Metropolitana. La ampliación ya ha demostrado su impacto positivo: desde que se puso en marcha el tramo entre Glòries y Verdaguer, el uso del tranvía ha aumentado un 39%.
A pesar de la aprobación de la ampliación, la falta de compromiso del gobierno de Collboni mantiene la incertidumbre. La ausencia de regidores del PSC en la inauguración del último tramo de la Diagonal ya reflejó su desinterés por la infraestructura. Ahora, su negativa a fijar una fecha para las obras refuerza la sensación de que el tranvía sigue sin ser una prioridad para el gobierno municipal.