La reforma de la Ronda de Sant Antoni sigue sin convencer a buena parte de los vecinos de Sant Antoni y el Raval, que exigen revertir los cambios introducidos por el gobierno de Jaume Collboni. Las entidades vecinales denuncian que la intervención final favorece el tráfico privado y reduce el espacio público, contradiciendo el proyecto inicial aprobado tras un proceso participativo. En respuesta, BComú ha lanzado una recogida de firmas para exigir la recuperación del modelo original, con plataforma única extendida y sin aparcamientos.
El texto que acompaña la iniciativa vecinal es claro: «Los cambios impuestos por el PSC han convertido un espacio de convivencia en un caos de tráfico». Entre las demandas se incluyen la eliminación del carril de asfalto, la ampliación del espacio peatonal, la supresión de los aparcamientos y la implementación de un Obrim Carrers los fines de semana para restringir el paso de vehículos. Además, han trasladado sus quejas a todos los grupos municipales y al Síndic de Greuges para que intervengan.
Las asociaciones vecinales recuerdan que la versión inicial del proyecto contemplaba la pacificación total de la ronda y que la decisión del PSC de mantener un carril de tráfico ha generado un aumento de atascos y continuas infracciones. «No hablamos de meros ajustes, sino de cambios sustanciales que van en contra del modelo de ciudad pactado», denuncian desde la plataforma vecinal.
Durante la campaña electoral, el PSC ya mostró reticencias a la pacificación total de la ronda de Sant Antoni y, una vez en el gobierno, aplicó modificaciones que han alterado la movilidad planificada. Mientras el Ayuntamiento defiende que el uso de asfalto en lugar de granito no afecta al tránsito, los vecinos insisten en que la reforma está beneficiando al vehículo privado en detrimento de la vida comunitaria y el espacio público.