El Gobierno infiltró a una agente en el movimiento propalestino de Barcelona durante más de dos años

Una investigación de La Directa destapa que una agente de la Policía Nacional se infiltró en la comunidad propalestina y en la izquierda independentista de Barcelona durante más de dos años. Suplantó una identidad, accedió a información interna y mantuvo el contacto hasta 2023.

Una investigación de La Directa destapa que una agente de la Policía Nacional se infiltró en la comunidad propalestina y en la izquierda independentista de Barcelona durante más de dos años. Suplantó una identidad, accedió a información interna y mantuvo el contacto hasta 2023.

Una investigación de La Directa ha revelado que una agente de la Policía Nacional se infiltró durante más de dos años en los movimientos propalestinos e independentistas de Barcelona. Utilizando la identidad falsa de Belén Hammad Gómez, se introdujo en la Comunidad Palestina de Cataluña en 2018 y posteriormente en la organización Endavant, participando activamente en actos, reuniones y protestas, incluyendo las movilizaciones contra la sentencia del procés en 2019.

El patrón seguido por la infiltrada es similar al de otros agentes descubiertos en los últimos años. Afirmó tener raíces palestinas para ganarse la confianza del movimiento propalestino y mantuvo contacto con activistas hasta 2023, pese a haber dejado la ciudad en 2020. Además, utilizó documentación oficial falsa, abrió cuentas bancarias e incluso participó en un programa financiado por la Generalitat para fortalecer la red de contactos.

Los colectivos afectados han denunciado que el espionaje policial vulnera el derecho a la libertad de expresión y de reunión. Organizaciones como la Comunidad Palestina de Cataluña, Novact y Alerta Solidaria estudian emprender acciones legales contra la infiltrada y sus superiores jerárquicos. Señalan que estos casos de espionaje demuestran que el Estado prioriza el control político sobre los movimientos sociales.

Hasta ahora, la justicia ha archivado querellas contra otros infiltrados policiales en Barcelona y Girona, con el apoyo de la Fiscalía General del Estado. Sin embargo, la gravedad del caso de Belén Hammad y su prolongada infiltración en múltiples organizaciones podrían abrir nuevas vías legales contra estas prácticas de vigilancia encubierta.

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