El acceso a la vivienda es hoy la primera preocupación para el 23% de los catalanes, según el último Barómetro del Centro de Estudios de Opinión (CEO), publicado este jueves. Este dato representa un récord histórico desde que el CEO registra esta cuestión, superando incluso la cifra alcanzada en plena burbuja inmobiliaria de 2007 (21,2%). El resultado subraya una creciente inquietud ciudadana frente al encarecimiento constante del mercado inmobiliario.
Hace solo dos años, en marzo de 2022, apenas un 4% de los catalanes señalaba la vivienda como el principal problema. Desde entonces, la preocupación se ha multiplicado casi por seis, en paralelo al aumento exponencial de los precios del alquiler y las dificultades cada vez mayores para acceder a viviendas dignas y asequibles, especialmente en ciudades como Barcelona.
La inquietud sobre el acceso a la vivienda es transversal a prácticamente todo el espectro político catalán. Lidera claramente entre votantes de partidos progresistas como Comuns Sumar (40%), la CUP (34%) y PSC (31%), pero también es la preocupación principal entre los electores de ERC (25%). En contraste, para votantes de extrema derecha como Vox o Aliança y del Partido Popular, predominan preocupaciones como la inmigración o la inseguridad ciudadana.
El aumento de esta preocupación social coincide con importantes movilizaciones por el derecho a la vivienda digna, como la histórica manifestación del pasado 23 de noviembre en Barcelona, que reunió a 170.000 personas. Precisamente, dentro de nueve días se prevé una nueva movilización a nivel estatal que reclama una mayor regulación del mercado inmobiliario para poner fin a la crisis habitacional, ante una ciudadanía cada vez más consciente y movilizada frente a este problema estructural.