Sanitarios alertan de que la crisis de vivienda agrava la salud física y mental de sus pacientes

Médicos, enfermeras y personal de atención primaria de Barcelona han lanzado una alerta sobre el impacto que la crisis de […]

🏠 Los grandes fondos como Blackstone, Vivenio y Cerberus venden cientos de viviendas en Cataluña por la regulación de alquileres. Esto podría abrir paso a un mercado de vivienda más justo y accesible.

Médicos, enfermeras y personal de atención primaria de Barcelona han lanzado una alerta sobre el impacto que la crisis de vivienda tiene sobre la salud física y mental de sus pacientes. En un manifiesto difundido este martes junto a colectivos de docentes, el grupo sanitario Capçalera señala que la situación habitacional está agravando patologías como ansiedad, depresión, insomnio y enfermedades crónicas debido al estrés sostenido provocado por problemas con la vivienda, incluyendo desahucios o subidas del alquiler.

Marcelo Covelo, médico de familia en el barrio del Raval, detalla cómo los efectos de la crisis habitacional han pasado de afectar exclusivamente a las familias más vulnerables a extenderse a todas las capas sociales. «Cuando alguien enfrenta la imposibilidad de pagar el alquiler o recibe una amenaza de desahucio, se produce un grave impacto psicológico que altera todos sus hábitos. La gente come peor, deja de hacer ejercicio, consume más tabaco y alcohol, se aísla socialmente y se agravan condiciones crónicas como la hipertensión o la diabetes», explica.

Según datos de la Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB), el 90% de las personas en situación de inseguridad residencial presentan problemas graves de salud mental, seis veces más que la media de la población. Además, los niños expuestos a problemas de vivienda muestran índices diez veces superiores de ansiedad, depresión y problemas de desarrollo. Juli Carrere, técnico de la ASPB, añade que estos efectos son más severos en mujeres, habitualmente responsables del hogar y de cuidar a los menores, quienes suelen sentirse culpables de no poder proteger a su familia.

Ante este panorama, el colectivo sanitario reclama una mayor vigilancia epidemiológica sobre el problema habitacional para dimensionar adecuadamente sus efectos en la salud pública. También apuestan por reforzar las redes comunitarias y organizaciones como los sindicatos de vivienda, que ofrecen apoyo legal y emocional a las víctimas de esta crisis. «No es suficiente tratar la ansiedad con medicación, porque el verdadero problema es la falta de un hogar digno», subrayan desde el colectivo Capçalera.

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