El gobierno municipal de Jaume Collboni ha disuelto la Comunitat Rambles, el espacio de participación ciudadana impulsado durante el anterior mandato para definir, desde abajo, las políticas públicas sobre el emblemático paseo de Barcelona. En su lugar, el Ayuntamiento ha constituido el Consell Assessor de la Rambla, un nuevo órgano consultivo compuesto por 19 personas seleccionadas por su prestigio profesional, en ámbitos como la arquitectura, el diseño o el comercio.
La Comunitat Rambles funcionaba como un espacio abierto, plural y sin jerarquías, donde cualquier persona podía participar sin necesidad de cumplir requisitos técnicos. Estaba formado por entidades sociales, asociaciones culturales, comerciantes y vecinas a título individual. Las sesiones permitían el diálogo directo con cargos políticos y personal técnico, en un formato similar al de una audiencia pública. Para muchas de sus participantes, era también un espacio de construcción de comunidad.
Con el nuevo Consejo, la participación deja de ser abierta para convertirse en una práctica mediada por la meritocracia. No hay representación directa de vecinas ni de la diversidad que caracteriza a la Rambla y su entorno inmediato. Mientras cerca del 50% de quienes viven en el paseo han nacido fuera del Estado español, el nuevo órgano lo integran mayoritariamente profesionales liberales sin vinculación directa con esa realidad cotidiana.
Según diversas voces del tejido vecinal de Ciutat Vella, esta transformación supone un retroceso democrático. Denuncian que el gobierno del PSC ha sustituido la participación popular por un modelo tecnocrático en el que se prioriza la voz de perfiles reconocidos institucionalmente, pero alejados de la vida diaria del barrio. El resultado es una Rambla pensada desde los despachos y no desde la experiencia de quienes la habitan.