Collboni retira in extremis el plan urbanístico sobre el Calaix de Sants ante el rechazo de Comuns y ERC

El gobierno municipal da marcha atrás y pospone la votación de la MPGM tras quedarse sin mayoría para aprobar la reforma que afectaba a Can Vies y a 700 viviendas.

El gobierno municipal da marcha atrás y pospone la votación de la MPGM tras quedarse sin mayoría para aprobar la reforma que afectaba a Can Vies y a 700 viviendas.

El gobierno de Jaume Collboni se ha visto obligado a retirar de forma inesperada la votación de la Modificación del Plan General Metropolitano (MPGM) sobre los entornos del Calaix de Sants y la rambla de Badal, prevista para este martes en la comisión de Urbanismo. La decisión llega tras constatar que la propuesta no contaba con los apoyos necesarios para salir adelante. Barcelona en Comú y ERC, que habían negociado con el PSC, confirmaron que votarían en contra si no se introducían cambios sustanciales.

El proyecto urbanístico planteaba desafectar cerca de 700 viviendas y convertir Can Vies —espacio símbolo del movimiento okupa en Sants— en un nuevo equipamiento municipal. También se contemplaba la reconversión de la actual estación transformadora de TMB y la promoción de vivienda pública en varias fincas del barrio. A pesar de que el Ayuntamiento anunciaba el domingo la inminente aprobación del plan, las críticas desde los grupos de izquierda han obligado a frenar el trámite.

Barcelona en Comú expresó su oposición frontal si no se blindaba jurídicamente que los pisos desafectados no quedaran expuestos al mercado libre, algo que consideran una puerta abierta a procesos especulativos y expulsión del vecindario. Por su parte, ERC puso el foco en uno de los bloques que seguía afectado y exigió resolver la situación de los ocho hogares aún pendientes de desafección. Ambos grupos coincidieron en que es imprescindible proteger los derechos de quienes ya viven allí antes de dar luz verde al planeamiento.

Desde el gobierno municipal aseguran ahora que la votación se retomará “en próximas comisiones” y que el objetivo es “llegar a un proyecto lo más consensuado posible”. Fuentes del ejecutivo argumentan que esta MPGM permitiría desbloquear una situación urbanística estancada desde hace más de cincuenta años en la rambla de Badal y más de veinte en el entorno del Calaix de Sants. Sin embargo, con el futuro de Can Vies sobre la mesa y sin garantías para cientos de viviendas, el conflicto promete alargarse.

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