El colectivo feminista Ca la Dona ha anunciado este martes el cierre temporal de su sede en el centro de Barcelona por falta de climatización. El edificio, gestionado por el Ayuntamiento, no dispone de las condiciones mínimas para hacer frente a las altas temperaturas que azotan estos días la ciudad, lo que ha convertido el espacio en un entorno inseguro para usuarias y trabajadoras.
En un comunicado difundido por redes, las activistas denuncian que esta situación no es nueva: “Ya en invierno sufrimos el frío sin calefacción, y ahora, en plena ola de calor, seguimos sin respuesta del consistorio”, afirman. Desde hace meses vienen reclamando una solución urgente al Ayuntamiento, responsable del mantenimiento de este espacio público cedido en uso. Sin embargo, la falta de compromiso ha acabado por forzar el cierre.
Ca la Dona no es un local cualquiera. Es un espacio comunitario histórico que acoge múltiples colectivos feministas y LGTBI+, talleres, formaciones, encuentros y asesoramientos. Desde su fundación en 1988, se ha convertido en un pilar del activismo feminista en Barcelona. “No podemos seguir así. Queremos seguir trabajando, pero necesitamos condiciones dignas”, exigen.
El cierre de Ca la Dona llega en un contexto de emergencia climática y social, donde cada vez más equipamientos comunitarios sufren las consecuencias del abandono institucional. Las activistas advierten que esta situación no solo pone en riesgo la salud, sino también la continuidad de proyectos imprescindibles para miles de mujeres y personas disidentes de género.
Ante el silencio del Ayuntamiento, exigen responsabilidades políticas y una actuación inmediata que permita reabrir el espacio cuanto antes. “Queremos abrir, pero necesitamos que se garantice lo mínimo: salud, condiciones dignas y respeto a nuestro trabajo”, concluyen. La historia feminista de Barcelona no puede quedar al margen del derecho a un entorno seguro.