La República de las Islas Marshall se ha convertido en el primer país del mundo en poner en marcha una renta básica universal, permanente e incondicional para toda su población. El programa, denominado Enra, prevé transferencias de aproximadamente 800 dólares al año por persona, divididas en cuatro pagos trimestrales. La medida alcanza a toda la ciudadanía residente en el país, incluyendo menores de edad, sin necesidad de acreditar situación laboral ni ingresos.
El sistema se articula mediante pagos directos que pueden recibirse a través de cheque, transferencia bancaria o una billetera digital pública llamada Lomalo, que opera con una stablecoin vinculada al dólar estadounidense. La cuantía del ingreso equivale al 11% del PIB per cápita del país, situado en torno a los 7.500 dólares anuales.
El programa Enra forma parte de una arquitectura social más amplia que incluye ayudas adicionales para personas jubiladas o con discapacidad (100 dólares mensuales), así como una asignación regular a familias con menores de 0 a 5 años. Además, se ha habilitado un fondo específico para atender necesidades extraordinarias en islas especialmente empobrecidas o afectadas por los ensayos nucleares realizados en el pasado.
La financiación del programa se realiza mediante el Trust Fund for the People of the Republic of the Marshall Islands, un fondo soberano creado con aportaciones de Estados Unidos en el marco del Compact of Free Association. En la última renegociación del acuerdo bilateral, EE. UU. se comprometió a inyectar 700 millones de dólares entre 2024 y 2027, lo que ha permitido consolidar un fondo de más de 1.300 millones.
Organizaciones internacionales como el FMI han mostrado cautela ante la digitalización del sistema y han sugerido limitar el carácter universal del ingreso. A pesar de ello, el Gobierno de las Islas Marshall ha defendido el enfoque de cobertura amplia y sin requisitos, destacando su impacto potencial sobre la inclusión financiera y la cohesión social del país.
