Barcelona en Comú fuerza un plan de convivencia para el barrio de La Marina y el cierre nocturno de los Jardines de la Mediterrània

Los Comunes logran el apoyo mayoritario a una propuesta urgente para frenar el incivismo en La Marina, tras semanas de movilización vecinal.

Jardins de la Mediterrània La Marina

Este martes, 17 de septiembre, la Comisión de Presidencia, Seguridad y Régimen Interior del Ayuntamiento de Barcelona ha aprobado una proposición impulsada por Barcelona en Comú para reforzar la seguridad y la convivencia en el barrio de La Marina y cerrar de noche los Jardines de la Mediterrània, uno de los símbolos del Plan de Barrios del mandato anterior. La medida, apoyada por todos los grupos municipales excepto el PSC y VOX, que se abstuvieron, responde a la creciente presión vecinal por los problemas de incivismo, inseguridad, ruido y degradación del espacio público. La iniciativa también contempla reactivar las mesas de convivencia o reforzar la presencia de Guardia Urbana y de educadores de calle.

Tensión vecinal

La votación llega después de movilizaciones ciudadanas en La Marina, donde vecinos y vecinas llevan semanas denunciando el abandono institucional del barrio, la ausencia de inversiones sociales y la falta de respuesta ante los conflictos de convivencia. Este lunes, la regidora del distrito no asistió a una reunión prevista con un grupo de residentes, dejándoles plantados en el Consistorio. Y apenas 24 horas antes de la votación, el salón de plenos del Distrito se llenó de vecinos y vecinas en la Audiencia Pública para exigir soluciones urgentes, especialmente para los Jardines de la Mediterrània, reformados en 2020 con más de 2 millones de euros.

La proposición presentada por la concejal Jess González recoge seis puntos clave. Además del cierre nocturno del parque, se exige desplegar con contundencia las medidas de Zona Acústicamente Tensionada en Horario Nocturno (ZATHN), activar las mesas de seguridad con enfoque comunitario, aumentar los patrullajes a pie, y cohesionar al barrio frente a narrativas estigmatizadoras. También se pide a todos los grupos municipales que eviten utilizar políticamente estos conflictos y trabajen con seriedad y propuestas reales.

El deterioro progresivo del entorno después de su remodelación, debido  a la proliferación de actividades nocturnas, el ruido constante, la falta de intervención municipal y el incumplimiento de horarios por parte de algunos locales, ha convertido la zona en un foco de conflicto vecinal. En 2023, antes del cambio de mandato, el Ayuntamiento la declaró oficialmente como Zona Acústicamente Tensionada, pero las medidas adoptadas requieren de una revisión urgente.

Críticas al actual gobierno municipal

La indignación se ha intensificado en las últimas semanas ante la falta de acciones concretas del Gobierno de Jaume Collboni. A pesar de las promesas de un “plan singular” para La Marina en el nuevo Plan de Barrios 2025–2028, no se ha activado ninguna inversión ni calendario. La sensación de abandono ha crecido, y el vecindario acusa al ejecutivo local de haber paralizado los avances logrados durante el mandato anterior después de décadas de olvido institucional.

Durante el debate en la Comisión, el grupo de Barcelona en Comú puso el foco en la necesidad de acompañamiento institucional y de políticas preventivas. “No podemos dejar solos a los barrios cuando surgen problemas. Necesitamos actuar antes de que se rompa la convivencia”, defendió González. La proposición ha sido aprobada, pero ahora el reto está en su ejecución efectiva. El vecindario espera hechos, no más palabras.

Las protestas vecinales no han cesado. Colectivos, familias y comercios han tomado la iniciativa para denunciar el deterioro del espacio público y exigir medidas, respeto y cuidado para su entorno. Reclaman recuperar el espíritu transformador del Plan de Barrios y que se abran espacios de participación real. El caso de los Jardines de la Mediterrània ha sido la gota que colma el vaso de una sensación de abandono que se arrastra desde el año pasado.

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