Barcelona se ha convertido en la segunda ciudad europea en la que los inquilinos destinan el mayor porcentaje de su sueldo al pago del alquiler: un 74 %, según el informe “Un sostre, moltes realitats: la complexa crisi de l’habitatge a Europa”, elaborado por analistas del Consejo Europeo. Ese dato iguala al de Madrid, y sólo Lisboa registra una carga aún más elevada.
El informe subraya que esta situación deriva de una subida sostenida de los precios del alquiler mientras los ingresos de la población no han acompañado ese ritmo. Desde 2015 hasta 2025, el precio medio de la vivienda en la Unión Europea ha crecido un 58 %, superando con creces los incrementos salariales en muchas regiones.
Además, el mercado del alquiler representa en Cataluña alrededor del 3,5 % del PIB, una dimensión económica comparable al sector de la construcción. Esto evidencia que el inmobiliario no es un fenómeno marginal, sino que está intrincadamente vinculado a estructuras de negocio, especulación y desigualdad territorial.
