El Ayuntamiento de Barcelona mantiene abierto el debate sobre la regulación de los alquileres de temporada, uno de los factores que están tensionando el mercado de la vivienda en la ciudad. Mientras que BComú exige su prohibición total, el gobierno de Jaume Collboni descarta esta opción y sostiene que solo se pueden regular. La primera teniente de alcaldía, Laia Bonet, ha marcado distancias con los comunes y ha asegurado que el marco legal no permite prohibir estos contratos, a pesar de que otras medidas similares han sido validadas por los tribunales.
Desde la oposición, los comunes insisten en que sí es posible un veto total y recuerdan los precedentes de restricciones municipales, como la prohibición de nuevos pisos turísticos o el alquiler de habitaciones a turistas. En este sentido, Janet Sanz (BComú) ha responsabilizado directamente al PSOE de haber dejado fuera la regulación del alquiler de temporada en la Ley de Vivienda estatal. “El alquiler de temporada no está prohibido porque el PSOE no quiso”, ha afirmado, recordando que la norma no incluyó límites de precio para estos contratos por presiones del sector inmobiliario y la negativa socialista.
El gobierno municipal de Collboni ha dejado abierta la posibilidad de establecer restricciones en determinados barrios especialmente tensionados, aunque todavía no hay una decisión firme. Mientras tanto, Laia Bonet ha apelado a buscar consenso entre los grupos municipales sobre “dónde y en qué condiciones deberían permitirse los alquileres de temporada”. Las primeras medidas municipales en esta línea podrían concretarse en primavera, mientras en el Congreso de los Diputados se debate una reforma legislativa para corregir el vacío legal que ha favorecido la proliferación de estos contratos.
El conflicto sobre el alquiler de temporada refleja la creciente crisis de la vivienda en Barcelona. Mientras Collboni defiende una regulación limitada y apuesta por medidas graduales, BComú exige una actuación contundente para evitar que esta fórmula se convierta en una vía de escape para la especulación inmobiliaria y la subida de precios.