El Ayuntamiento de Barcelona ha aprobado el anteproyecto de reglamento que regulará el uso de pistolas eléctricas Taser por parte de la Guàrdia Urbana. Hasta ahora, la previsión era que solo se utilizaran 10 dispositivos, asignados inicialmente a agentes de la unidad antidisturbios (UREP). Su entrada en funcionamiento está prevista para el primer semestre de 2026, una vez completada la formación obligatoria y aprobado el reglamento definitivo.
No obstante, según recoge el documento que el equipo de gobierno prevé aprobar de forma definitiva este mes de junio, se introduce un nuevo artículo que permitiría que toda la plantilla de la Guàrdia Urbana pueda llegar a llevar consigo este tipo de arma. El texto especifica que, en función de los informes oficiales que evalúen el uso de estos dispositivos, se podrá ampliar su dotación a todos los agentes o a otras unidades que cumplan con los requisitos establecidos. Según informan Nació y betevé, esta modificación responde a una propuesta del Partido Popular que Collboni habría aceptado incorporar.
Se trata de una decisión que anteriormente ha generado polémica en la calle. Colectivos por los derechos humanos, entidades de salud mental y formaciones como Barcelona en Comú han expresado su rechazo. Denuncian la ausencia de evaluaciones médicas y jurídicas independientes sobre el impacto del uso de descargas eléctricas. Recuerdan que este tipo de armas pueden suponer un grave riesgo para personas con afecciones cardíacas o enfermedades mentales y que el Comité contra la Tortura de la ONU ha pedido restringir su uso de forma estricta.