El gobierno de Jaume Collboni ha decidido retirar los presupuestos municipales para 2025 ante la falta de apoyos suficientes, optando por prorrogar las cuentas del año anterior. La decisión se produce tras el fracaso de las negociaciones con Barcelona en Comú, que exigía medidas clave como el blindaje del 30% de vivienda protegida, la funeraria pública o la expansión de los ejes verdes. El PSC, en cambio, ha preferido pactar con ERC, asumiendo un acuerdo insuficiente que no garantiza la mayoría necesaria en el pleno del Ayuntamiento.
Desde el consistorio, el teniente de alcalde Jordi Valls ha señalado a BComú por poner «demasiadas líneas rojas» en la negociación, evitando mencionar que estas demandas responden a las necesidades sociales urgentes de la ciudad. La falta de voluntad del PSC para atender estas reivindicaciones deja en evidencia un modelo de ciudad que prioriza los intereses del mercado frente a las necesidades de las personas.
La prórroga presupuestaria supone un freno para iniciativas fundamentales como el acceso a la vivienda asequible o la transformación ecológica de Barcelona. Collboni, que el año pasado logró aprobar las cuentas con una moción de confianza, ahora se enfrenta a un escenario en el que la falta de alianzas sólidas refleja su falta de proyecto de ciudad y su dependencia de acuerdos de mínimos con ERC.
Mientras tanto, los problemas de la ciudad se agravan y la inacción del gobierno municipal condena a Barcelona a un año más sin avances en políticas clave. La ciudad necesita un liderazgo decidido y valiente, capaz de dar respuestas a las demandas sociales, en lugar de un alcalde que renuncia a negociar y se conforma con soluciones parche.