Collboni y Batlle desalojan l’Antiga Massana entre cargas policiales y resistencia vecinal

Esta madrugada, un amplio dispositivo policial ha desalojado la Antiga Massana, un centro social ubicado en la plaza de la […]

El Ayuntamiento de Collboni desaloja la Antiga Massana con un fuerte despliegue policial sin previo aviso. Vecinos denuncian violencia y reclaman la cesión del espacio al barrio, tras meses de protestas. Cargas y heridos en una operación que deja más preguntas que respuestas.

Esta madrugada, un amplio dispositivo policial ha desalojado la Antiga Massana, un centro social ubicado en la plaza de la Gardunya de Ciutat Vella, Barcelona. El operativo, llevado a cabo por la Guardia Urbana y los Mossos d’Esquadra, sorprendió a los vecinos, ya que no hubo comunicación previa a los abogados que representan al espacio. La acción fue autorizada por el Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 17, según fuentes municipales. Sin embargo, colectivos y residentes denuncian que se trata de un acto «ilegal» y «arbitrario».

El desalojo se produce tras meses de movilizaciones vecinales que reclamaban al Ayuntamiento de Jaume Collboni la cesión del espacio. En octubre, más de 10.000 personas salieron a las calles para exigir que la Antiga Massana siguiera siendo un lugar para la comunidad. Durante este tiempo, también se han realizado protestas frente a la sede del PSC y en eventos como la inauguración de la Copa América. A pesar de estas demandas, el consistorio ha optado por ejecutar el desalojo sin negociar.

La intervención ha provocado enfrentamientos entre la policía y los vecinos que acudieron a la llamada de resistencia. Decenas de personas lograron detener un camión del servicio de limpieza que retiraba las pertenencias del centro social, pero posteriormente la policía reforzó su dispositivo. En el cruce entre los carriles de Hospital y Jerusalem se produjeron cargas, golpes con porras y empujones, dejando varios heridos entre los manifestantes.

El desalojo de la Antiga Massana representa un nuevo capítulo en el conflicto entre el gobierno municipal y los movimientos sociales de Barcelona. En lugar de optar por el diálogo y el consenso, el Ayuntamiento de Collboni vuelve a priorizar la represión policial, ignorando las demandas vecinales. La Antiga Massana, que se había convertido en un espacio autogestionado y símbolo de resistencia, deja un vacío en el corazón de Ciutat Vella y evidencia la desconexión del gobierno socialista con las necesidades de los barrios.

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