La concentración de riqueza en España sigue aumentando a niveles sin precedentes. Según la revista Forbes, en el país hay 46 milmillonarios que acumulan un patrimonio conjunto de 219.000 millones de euros, casi el doble que hace una década. Mientras tanto, el 1% más rico de la población, unas 384.000 personas, concentra el 24% de la riqueza total, un porcentaje que se ha duplicado desde principios de siglo.
Dentro de esta élite económica, existe un grupo aún más reducido y poderoso: el 0,001% más rico, compuesto por solo 382 personas, que poseen tanto capital como los 15 millones de adultos con menos recursos en España. Cada uno de ellos acumula, de media, 600 millones de euros, una cifra seis veces mayor que en 1995.
El crecimiento desproporcionado de estas grandes fortunas ha ampliado la brecha con el resto de la sociedad. Hace tres décadas, los miembros del 0,001% más rico eran 2.000 veces más ricos que una persona con un patrimonio medio; hoy, esa diferencia ha crecido hasta ser 6.500 veces mayor. Incluso dentro del 1% más rico, la desigualdad es abismal: el 99,999% de la población, es decir, la cúspide de la pirámide económica, posee en promedio 600 millones de euros.
Casos como el de Amancio Ortega, la persona más rica de España y la decimotercera del mundo, ilustran la magnitud de esta concentración de riqueza. Si el fundador de Inditex gastara un millón de euros al día sin generar nuevos ingresos, tardaría 329 años en agotar su fortuna. Mientras tanto, la mayoría de la población sigue enfrentando un contexto de creciente desigualdad económica.