Seguramente habréis oído hablar de la medida del 30%, y quizás no sepáis bien de qué se trata, pero lo que seguramente habréis escuchado es que la medida no funciona y que hay que cambiarla. Nada más lejos de la realidad, y os explicamos la verdad de lo que hay detrás de los resultados que ha habido hasta ahora con esta medida, de los intereses del PSC para que no funcione la medida y por qué Barcelona en Comú la ha puesto como condición para seguir negociando los presupuestos, dónde ya avanzamos que el PSC se ha negado a hacer nada, y ha abandonado la mesa de negociación, dejando en la ciudad con presupuestos prorrogados por segunda vez en este mandato.
Esta medida define que cualquier gran rehabilitación o construcción en zona urbanizada de la ciudad, el 30% de las viviendas que conforman el edificio debe estar destinado a vivienda protegida. La medida del 30% fue una iniciativa promovida por los movimientos sociales y que Barcelona en Comú la implantó en su primer mandato al frente del Ayuntamiento de Barcelona, con los votos a favor de PSC y ERC, pero que ambos partidos pusieron condiciones para su aprobación limitando su puesta en funcionamiento, dando resultados bajos en los primeros años. Una medida que actualmente es de éxito en París, por eso la modifican ahora del 30% al 50%, aunque en los primeros años tuvieron grandes resistencias, y los resultados fueron también bajos pero la Alcaldesa socialista Anne Hidalgo mantuvo la medida hasta que llegaron los buenos resultados.
La medida del 30% es la única forma con que el Ayuntamiento puede frenar la especulación en todos los barrios de la ciudad y evitar casos de desahucio masivo como los de la Casa Orsola. Si el Ayuntamiento legisla de tal forma que las constructoras deben destinar el 30% del edificio a vivienda protegida, sea una nueva construcción en zona urbanizada o una gran rehabilitación, está empleando la única forma que tiene de involucrar al sector privado en la construcción de vivienda protegida en zona urbanizada. Es importante este último matiz, construcción en zona urbanizada, porque cuando se construye de cero en zonas no urbanizadas, como es el caso de La Sagrera o La Marina de Port, ya es obligatorio, en toda Cataluña, destinar el 40% de los pisos a vivienda social . Y la medida también es importante para que haya vivienda protegida en toda la ciudad, porque precisamente son en zonas densas como el Eixample o Gràcia, que se necesitan herramientas para poder agrandar el parque vivienda protegida en la ciudad, y evitar que sólo se construya vivienda social en los barrios periféricos de la ciudad.
¿Por qué el PSC insiste en que la medida del 30% no ha funcionado? Si bien es verdad que en los primeros años la medida ha dado resultados bajos, ha sido porque no se ha aplicado en todos los casos, y las constructoras han frenado sus obras a la espera de cambios, o en algunos casos se han saltado la ley. Por eso, también podría verse como un éxito de la medida que ha frenado la especulación en la ciudad. Pese a la situación actual de falta de vivienda, el PSC no tiene intención de frenar el negocio de las constructoras especuladoras, para que sigan maximizando beneficios en aquellos barrios donde es más difícil construir vivienda protegida por la falta de suelo.
El PSC habla de modificar la medida, de hacerla más efectiva, pero básicamente lo que quiere es que la vivienda protegida sólo se construya en los barrios periféricos de la ciudad, donde además ya se aplica el 40% de la Ley Catalana de Vivienda, y liberar a los barrios más céntricos para que continúe el negocio de las constructoras que especulan en la ciudad. De hecho, se espera que el PSC y Junts presenten un acuerdo para modificar la medida, en la línea de lo que trabajó el PSC hace un año, y es por eso que Barcelona en Comú ha tenido que exigir mantener la medida tal y como está, si el PSC quería seguir negociando los presupuestos por la ciudad. O al menos plantear mejoras, pero el PSC no ha querido ni hablar de ello, porque lo que quieren es minimizarla y que no dé los resultados que podría tener tal y como está ahora, y que no sea un negocio tan lucrativo para las constructoras.
Y no es Barcelona en Comú quien dice que la medida empezaría a dar sus frutos más que nunca a partir de ahora, sino que lo hace el informe del IDRA del pasado diciembre, donde se demuestra que si no se aplica tal y como está ahora mismo se perderán 18.000 viviendas protegidas en toda la ciudad. Recordemos que 7.000 son los pisos de vivienda social que el Ayuntamiento de Barcelona ha construido desde el 2015, doblando el parque de vivienda pública, pero menos de lo que se ganaría con la medida del 30%. Y 10.000 pisos turísticos son los que el Ayuntamiento de Barcelona ha anunciado que volverán al mercado ordinario en 2028. Sumando ambas medidas, siguen siendo menos pisos y estando en la situación actual, no podemos perder ninguna política que sirva para agrandar el parque de vivienda protegida en la ciudad, y menos aquella que da mejores resultados.
Con todo esto, Barcelona en Comú ha visto necesario proteger la medida del 30% y pedir al PSC no debilitarla si querían continuar la negociación de los nuevos presupuestos. Con la crisis de vivienda actual no podemos permitirnos detener la medida que más pisos aporta a la vivienda protegida de la ciudad, y la única medida que frena la especulación en el mercado inmobiliario. La respuesta ha sido negativa, y ahora las constructoras especuladoras tienen vía libre para seguir maximizando beneficios, desahucios masivos como los de Casa Orsola para hacer una gran rehabilitación y desviar los pisos al alquiler de temporada, que sin el 30% es mucho más rentable, en espera de la modificación de la medida para que nadie les pueda prohibir nada.