El pasado 27 de marzo, el Pleno de Ciutat Vella dio un paso importante en la lucha por la justicia territorial y la democracia participativa: se aprobó una propuesta de Barcelona en Comú para que el nuevo Centro de Atención Primaria (CAP) del Casc Antic se construya en el barrio al que tiene que dar servicio. Es una victoria para los vecinos y vecinas, pero también un reto: el gobierno del alcalde Jaume Collboni todavía tiene que rectificar su decisión de ubicarlo fuera de los límites del barrio, en la ronda de Sant Pere, 41.
Un CAP es un equipamiento de proximidad, no un trámite burocrático
La salud pública no se puede planificar desde un despacho ignorando las necesidades reales de la ciudadanía. Un CAP tiene que estar cerca de las personas que tienen que utilizarlo. El Estudio de Alternativas del Distrito (2021) ya identificó espacios viables dentro del barrio, pero el gobierno del PSC los ha ignorado. Y lo ha hecho, además, sin dialogar con los vecinos y vecinas: ni una sola reunión con las entidades del Casc Antic para explicar por qué no se tienen en cuenta los informes técnicos ni se escuchan las demandas del vecindario.
La ronda de Sant Pere, 41: un conflicto evitable
El edificio de la ronda de Sant Pere, 41 no solo queda fuera del Casc Antic; también es reivindicado desde hace años por la Dreta de l’Eixample como espacio para equipamientos comunitarios y vivienda asequible. Tanto es así que, en octubre de 2024, el Pleno del Eixample aprobó por amplia mayoría —con el apoyo inicial del PSC— destinarlo a estos usos. Pero, solo un mes después, el alcalde Collboni anunció unilateralmente que se instalaría el CAP del Casc Antic.
Es una decisión que no satisface a nadie: ni a los vecinos del Casc Antic, que ven alejarse su equipamiento de salud, ni a los del Eixample, a los que se les niega un proyecto largamente reivindicado.
Hay alternativas: solo hace falta voluntad política
Durante el mandato de Barcelona en Comú se demostró que es posible planificar CAPs en Ciutat Vella con consenso. El CAP Raval Nord y el CAP Gòtic son ejemplos. Sabemos que se puede hacer, y los vecinos también lo saben. Por eso, se debe exigir al gobierno que pare el proceso actual y busque una ubicación dentro del Casc Antic. Que abra un debate transparente con los vecinos de los dos barrios para llegar a un acuerdo y saque provecho de los estudios ya existentes que identifican alternativas viables. No se trata de atrasar nada, sino de hacerlo bien. La salud no puede depender de decisiones apresuradas.
Desde Barcelona en Comú seguiremos exigiendo que este acuerdo no quede en un cajón y que ninguna decisión se tome sin el consenso de los vecinos y vecinas. El gobierno del PSC todavía puede rectificar. Y nosotros continuaremos trabajando cada día hasta que el Casc Antic tenga el CAP que necesita y merece, en el lugar que le corresponde.