El anuncio del fin de las obras del Espai Barça ya empieza a tener consecuencias en el barrio de Maternitat i Sant Ramon, en el distrito de Les Corts. Algunos vecinos denuncian que no se les están renovando los contratos de alquiler, mientras varios propietarios reconocen que buscan sustituir a los actuales inquilinos por turistas, aprovechando la revalorización del entorno que traerá la reapertura del estadio y su nuevo entorno.
Según testimonios recogidos en redes vecinales y en plataformas de defensa del derecho a la vivienda, varios arrendadores han informado a sus inquilinos que los contratos no serán renovados, con la intención de reconvertir los pisos en alojamientos de temporada. Esta estrategia responde al auge del turismo que se prevé con el regreso de los partidos al Camp Nou y la reapertura del Espai Barça, un megaproyecto que incluye zonas comerciales, restauración y espacios de ocio.
Desde la Associació de Veïns de Maternitat i Sant Ramon alertan de un nuevo proceso de gentrificación impulsado por la remodelación del estadio, que pone en riesgo la continuidad del tejido vecinal. “Se está generando una burbuja de expectativas económicas alrededor del turismo, y eso tiene efectos directos sobre los vecinos que llevan años viviendo aquí”, advierten en un comunicado. En su opinión, la transformación del barrio avanza sin medidas, control ni protección para los residentes.
El Ayuntamiento de Barcelona ha reconocido que el retorno de la actividad en el Camp Nou tendrá un impacto urbanístico y social significativo, pero de momento no ha anunciado medidas específicas para limitar el cambio de uso residencial a turístico en la zona. Mientras tanto, colectivos vecinales y partidos de la oposición como Barcelona en Comú reclaman controles más estrictos y una política activa para garantizar el derecho a vivir en el barrio frente al avance desmesurado y sin frenos de la especulación.