El Ministerio de Derechos Sociales ha anunciado una reforma de las leyes de dependencia y discapacidad que permitirá que personas no familiares, como amigos, puedan recibir prestaciones económicas por cuidar a personas dependientes. Según el ministro Pablo Bustinduy, esta medida responde a los nuevos modelos de convivencia y busca garantizar derechos que se adapten a la realidad actual.
Además de esta novedad, la reforma eliminará medidas heredadas de la crisis de 2008, como el periodo de dos años que algunas comunidades aplicaban antes de iniciar los pagos de ayudas concedidas. También se eliminará la incompatibilidad entre diferentes servicios, permitiendo combinar apoyos como centros de día, teleasistencia y ayuda a domicilio. “El enfoque comunitario exige respuestas integrales”, explicó Mayte Sancho, directora del Imserso.
Entre otros cambios, el servicio de ayuda a domicilio ampliará su ámbito de actuación a actividades fuera del hogar, y la teleasistencia pasará a ser un derecho universal para todas las personas dependientes. Además, las personas que trabajen en el ámbito de los cuidados deberán acreditar que no tienen antecedentes por delitos sexuales, reforzando la seguridad de este sector.
Por último, la reforma reconocerá automáticamente una discapacidad del 33 % a las personas con dependencia, simplificando los trámites burocráticos. También se incluirán medidas específicas para proteger a mujeres y niños con discapacidad, garantizando la accesibilidad universal como derecho fundamental. Bustinduy lamentó la demora en la tramitación, señalando a la parte socialista del Gobierno como responsable del retraso en avanzar hacia un modelo de cuidados más justo y personalizado.