El Gobierno de Collboni aplaza hasta 2029 la construcción de los pisos públicos previstos en el recinto ferial de Montjuïc

El Ayuntamiento aplaza hasta 2029 el inicio de las obras de 548 pisos públicos en el recinto de Montjuïc, retrasando una transformación clave para Poble-sec y la Font de la Guatlla en plena emergencia habitacional

La Fira de Montjuïc


El plan urbanístico para transformar el recinto firal de Montjuïc vuelve a encallarse. El Gobierno municipal ha confirmado que la construcción de los 548 pisos previstos —500 de ellos asequibles— no empezará antes de 2029. Con este nuevo horizonte, las viviendas no estarán disponibles hasta al menos 2033, un retraso que impacta de lleno en un proyecto considerado clave para los barrios del Poble-sec y la Font de la Guatlla.


La reorganización del calendario supone un giro profundo respecto al plan aprobado en 2022, que situaba la vivienda pública y los equipamientos de proximidad como elementos centrales de la transformación. Barcelona en Comú, que impulsó ese planeamiento durante el anterior mandato, acusa al Govern Collboni de “cambiar prioridades” y de relegar las necesidades del vecindario en beneficio de los intereses feriales. El aplazamiento llega en plena emergencia habitacional y tras meses de incertidumbre sobre el rumbo del proyecto.


El plan original preveía convertir un espacio históricamente cerrado en un nuevo fragmento de ciudad: 14.000 m² de vivienda pública, un CAP para Poble-sec, una biblioteca, un equipamiento deportivo, espacios para personas mayores, zonas verdes y la conexión de calles que llevan décadas bloqueadas por los usos de Fira de Barcelona. El objetivo era coser los dos barrios y abrir un ámbito hasta ahora inaccesible, fruto de un proceso participado con entidades y vecinos.


El nuevo calendario altera esa hoja de ruta. El Gobierno municipal ha decidido priorizar la rehabilitación de varios pabellones feriales antes que el inicio de las obras de vivienda y equipamientos, lo que reordena el conjunto del proyecto. Además, prevee el derribo del Pabellón Italiano, reabierto para usos vecinales desde 2023. Desde Barcelona en Comú alertan de que esta secuencia puede “desvirtuar” el espíritu de la transformación, concebida como una oportunidad para generar vida de barrio y servicios públicos, no como una ampliación de la actividad ferial.


El retraso se suma a otros anuncios municipales que, según denuncian organizaciones vecinales, han ido quedando en suspenso durante el mandato: la prolongación del metro, la reforma del Passeig de la Zona Franca o la pacificación del entorno de Plaça Espanya. En el caso del recinto firal, los Comuns sostienen que, si el Gobierno hubiera priorizado el plan desde el inicio, los derribos ya podrían estar programados y los proyectos ejecutivos listos para su licitación.


El proyecto de Montjuïc se ha convertido así en un nuevo frente político en el distrito de Sants-Montjuïc, donde las entidades reclaman claridad y compromisos firmes. La falta de un calendario detallado y la ausencia de avances materiales en el terreno han generado preocupación en el vecindario, que esperaba que los primeros movimientos fueran visibles durante el mandato actual.


La oposición exige un calendario inmediato y garantías de que no se modificará el proyecto aprobado en 2022. Barcelona en Comú reclama que las obras de vivienda y equipamientos puedan iniciarse antes de 2027 y que se asegure participación vecinal en todas las fases. Mientras tanto, los barrios afectados continúan sin fechas definidas para una transformación largamente esperada.

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