El acuerdo entre el PSC y Barcelona en Comú para reducir de siete a cinco las terminales de cruceros en el Port de Barcelona ha quedado en suspenso tras la irrupción de una propuesta para construir una nueva terminal de lujo. La líder de los comunes, Janet Sanz, denunció públicamente este giro inesperado, acusando al gobierno de Jaume Collboni de “ceder ante presiones económicas” y romper un pacto que priorizaba la sostenibilidad y el bienestar vecinal.
Según Sanz, el acuerdo inicial preveía cerrar las terminales “A” y “B” al finalizar sus concesiones en 2025 y 2029, respectivamente. Sin embargo, la Autoridad Portuaria propuso añadir una terminal para cruceros de lujo con capacidad máxima de 1.000 pasajeros, diseñada para atraer turistas de alto poder adquisitivo. Para Sanz, esta medida contraviene los principios del acuerdo y supone un retroceso en la lucha contra el turismo masivo.
La tensión llega en un momento crítico, cuando PSC y comunes negocian los presupuestos de 2025. Desde Barcelona en Comú insisten en que la reducción de terminales debe ser una prioridad, mientras denuncian que el gobierno municipal sigue sin comprometerse plenamente con la sostenibilidad urbana. “Es una cuestión de voluntad política y de coordinación entre administraciones”, afirmó Sanz, apelando también a la Generalitat y al Gobierno central.
Mientras tanto, desde el PSC aseguran que el acuerdo sigue “en buen camino” y que la reducción de terminales forma parte de su estrategia turística 2024-2027. Sin embargo, la propuesta de la nueva terminal de lujo ha puesto en evidencia las diferencias entre ambas fuerzas sobre cómo gestionar el modelo turístico de la ciudad, en pleno debate sobre su impacto en la vida de los barceloneses.