La saturación del transporte público en los barrios cercanos al Park Güell vuelve a poner sobre la mesa los efectos del turismo masivo en los servicios urbanos de Barcelona. Ante el aumento de tensiones entre turistas y residentes, el Ayuntamiento ha anunciado un refuerzo parcial de la línea V19, que conecta la Barceloneta con la plaza Alfonso Comín y que atraviesa zonas de alta densidad turística como la del parque diseñado por Gaudí. La medida contempla la incorporación de ocho autobuses adicionales los fines de semana y festivos, con recorridos parciales para descongestionar el tramo más afectado.
En concreto, se habilitarán dos trayectos cortos adicionales: uno entre Barceloneta y Verdaguer, y otro de subida entre Alfons X y Vallcarca. Según la teniente de alcaldía Laia Bonet, estos refuerzos permitirán aumentar la capacidad en unos 320 pasajeros por hora. Pero los vecinos de la zona, agrupados en entidades como el Consell Veïnal del Turó de la Rovira o la plataforma Recuperem el Park Güell, no confían en que la medida sea suficiente. Recuerdan que los días laborables se registran más de 19.000 validaciones en la línea, frente a las 14.000 del fin de semana, y lamentan que el refuerzo no contemple los horarios de mayor uso vecinal.
Desde hace meses, estos colectivos reclaman medidas estructurales y acusan al gobierno municipal de priorizar el acceso turístico por encima del derecho a la movilidad del vecindario. Entre sus propuestas destacan la colocación de agentes informativos para organizar las colas, reservar días de visita exclusivos para barceloneses o reducir a la mitad la venta de entradas. Denuncian que muchos vecinos —especialmente personas mayores— no pueden subir al autobús en horas punta, cuando los vehículos van llenos y algunos ni siquiera hacen parada. Las escenas se repiten cada mañana, y también por la tarde, afectando a quienes simplemente quieren desplazarse por su propio barrio.
La problemática no es exclusiva de Barcelona. Ciudades como Palma o Granada ya han sufrido episodios similares en sus líneas de bus hacia zonas turísticas como la playa de Illetes o el Albaicín. Pese a los refuerzos de frecuencia en años anteriores, en muchos casos el colapso persiste. Para entidades como la Asociación de Barrios por el Decrecimiento Turístico (ABDT), la única solución real pasa por reducir el número de visitantes. Su portavoz, Daniel Pardo, advierte: “Pretender que se resolverá el impacto del turismo en la red pública de transporte solo con refuerzos de fin de semana es ingenuo o perverso”.