Meta, liderada por Mark Zuckerberg, ha modificado sus normas comunitarias permitiendo que se califique a personas LGTBI de «enfermos mentales» o «anormales» bajo el amparo de debates políticos y religiosos. Esta decisión, reflejada en la nueva redacción de las políticas sobre discurso de odio, legitima expresiones que niegan la existencia y derechos de este colectivo.
El cambio de enfoque choca directamente con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud y asociaciones psiquiátricas, que hace décadas dejaron de considerar la homosexualidad y la transexualidad como enfermedades. Expertos y organizaciones de derechos humanos advierten que estas políticas de Meta aumentan el riesgo de discriminación y violencia contra personas LGTBI.
David Armenteros, vicepresidente de la Federación Española LGTBI+, denuncia que la nueva postura de Meta fomenta un ambiente peligroso en plataformas como Facebook, Instagram y Threads. «Permitir este tipo de discursos incrementará los ataques y hará que las redes de Meta sean inseguras para todos», afirma, exigiendo una reacción más firme de la Unión Europea ante esta deriva ultraderechista.
Mientras tanto, la decisión de Meta coincide con la eliminación de su equipo de Diversidad, Equidad e Inclusión, reduciendo las políticas de contratación inclusivas. Este movimiento se alinea con las tendencias de grandes multinacionales estadounidenses que, bajo la presión del trumpismo, están abandonando esfuerzos por la equidad interna.