Vecinos de Barcelona alertan sobre el impacto de los precios del alquiler, especialmente en el caso de habitaciones pequeñas que se ofertan a precios desorbitados. En el barrio de Gràcia, se han detectado casos de habitaciones de solo 10 metros cuadrados por 900 euros al mes, un fenómeno impulsado por la demanda y la falta de regulación específica en este tipo de arrendamientos. Desde 2021, los precios han aumentado un 49%, según datos de Idealista.
Un ejemplo paradigmático se encuentra en un edificio de la calle Sant Agustí, donde un fondo inversor compró el bloque, expulsó a los inquilinos y transformó los pisos en alquileres por habitación bajo el modelo de ‘coliving’. Los vecinos denuncian que este sistema «es un fraude de ley que solo busca multiplicar beneficios a costa de echar a las familias». Según el Sindicat de Llogateres, este tipo de prácticas especulativas proliferan debido al vacío legal que permite contratos precarios y temporales.
Expertos como Maridalia Rodríguez, abogada en derecho inmobiliario, señalan que estos acuerdos suelen realizarse sin contrato y con pocas garantías para los inquilinos, dejando a muchos en situaciones de vulnerabilidad. Por su parte, Carme Trilla, presidenta del Observatori Metropolità de l’Habitatge, califica el auge del alquiler de habitaciones como «barraquismo vertical», reflejo del fracaso en las políticas de vivienda.
Mientras tanto, el sector inmobiliario asegura que el ‘coliving’ tiene un impacto limitado en Barcelona y destaca la caída de la inversión en este modelo, que ha pasado de 33 millones a solo 1 millón este año. Sin embargo, las previsiones indican que en 2027 podrían existir más de 2.300 camas de este tipo en la ciudad, un crecimiento que mantiene a los vecinos en alerta.