Este 23 de noviembre, Barcelona será el epicentro de las protestas por el derecho a la vivienda, con una movilización que se prevé masiva y que cuenta con el respaldo de más de 150 organizaciones sociales, vecinales, sindicales y soberanistas. Liderada por el Sindicat de Llogateres, la manifestación busca soluciones urgentes ante una crisis habitacional que ha llevado al límite a miles de familias.
Con el lema “¡Se acabó! Bajemos los alquileres”, las principales demandas incluyen la reducción del alquiler en un 50%, contratos indefinidos, prohibición de la especulación inmobiliaria y recuperación de pisos vacíos para el mercado residencial. Además, la PAH exige el fin de los desahucios y un parque público de viviendas mediante la movilización de inmuebles en manos de bancos y fondos de inversión.
Más de 2.000 personas, organizadas en 60 comités, han participado en los preparativos de esta manifestación “inédita”, según sus organizadores. La convocatoria retoma el espíritu de movilizaciones previas, como la de octubre en Madrid, que reunió a más de 100.000 personas. Desde el Sindicat de Llogateres afirman: “Estamos dispuestas a ir a la huelga si los precios no se reducen”.
La protesta refleja el hartazgo generalizado que ha marcado movilizaciones recientes en Canarias, Baleares y otras ciudades. Este 23N, la ciudadanía de Barcelona gritará “¡Se acabó!” en defensa de un derecho universal: que la vivienda sea accesible para todas las personas.