Una cincuentena de entidades del barrio de Sants ha reclamado al alcalde Jaume Collboni que mantenga el modelo de gestión cívica en el edificio de Olzinelles 30, antigua sede del Centre Social de Sants. La Coordinadora d’Entitats per la Lleialtat Santsenca (CELS) ha hecho público un manifiesto en el que denuncia que la propuesta actual del Ayuntamiento ignora el papel histórico del tejido vecinal y plantea una distribución de espacios sin consenso con las entidades del barrio. La alerta llega en un momento clave: las obras de rehabilitación del edificio están a punto de finalizar y su reapertura podría darse en los próximos meses.
El Centre Social de Sants, creado en 1971, fue durante décadas un espacio de referencia para el movimiento vecinal y la vida comunitaria. Tras traslado temporal en 2017 para permitir las obras, las entidades confiaban en recuperar el edificio y retomar su actividad bajo una fórmula de cogestión, tal y como se acordó con gobiernos anteriores. Sin embargo, las recientes decisiones del consistorio apuntan a un modelo gestionado directamente por el Ayuntamiento, lo que, según la CELS, pondría en riesgo la autonomía comunitaria y la accesibilidad del espacio para el tejido asociativo.
La CELS denuncia que esta decisión rompe de forma unilateral con los acuerdos alcanzados en el pasado y desprecia el trabajo desarrollado durante años por parte de entidades sociales, culturales y vecinales. “És poc respectuosa i posa en dubte el treball públic-comunitari”, señalan en el manifiesto, recordando que Barcelona cuenta con una larga tradición de gestión cívica en equipamientos como Cotxeres de Sants o La Lleialtat Santsenca. Las entidades reclaman que el caso de Olzinelles no sea una excepción y se mantenga el modelo comunitario.
Uno de los puntos más críticos del manifiesto es la denuncia sobre la falta de espacios para entidades en el barrio. Solo en La Lleialtat Santsenca hay una veintena de organizaciones en lista de espera, y el número total de entidades que han solicitado espacio para desarrollar su actividad en Olzinelles 30 supera las sesenta. El documento alerta de que la actual propuesta del Ayuntamiento no da respuesta a estas necesidades y fragmenta la gestión del edificio en lugar de consolidar un polo comunitario robusto y compartido.
En marzo, el grupo municipal de Barcelona en Comú presentó una proposición en el Plenari de Sants-Montjuïc que fue aprobada con mayoría, instando al Gobierno municipal a garantizar la gestión cívica del Centre Social de Sants y su integración en una red coordinada con otros equipamientos del distrito. La iniciativa reclamaba mantener la esencia del proyecto original, preservar el vínculo con el movimiento vecinal y evitar que el edificio se convierta en un espacio desconectado del barrio.
El manifiesto también expresa preocupación por la distribución de espacios en el nuevo edificio. Reclaman que las decisiones se tomen de forma participada y no mediante imposiciones administrativas. “Sólo si las decisiones se toman conjuntamente se podrá garantizar el uso óptimo del espacio y la complementariedad entre proyectos”, afirman.
A la espera de una respuesta por parte del consistorio, las entidades mantienen su movilización y no descartan acciones para defender la gestión cívica. El Centre Social de Sants, convertido en un símbolo del asociacionismo popular de Barcelona, vuelve a estar en el centro del debate sobre qué modelo de ciudad quiere el actual gobierno de Collboni: uno participativo y de base comunitaria o uno centralizado, donde los equipamientos públicos se alejan de las manos del tejido vecinal.