Los discursos neomachistas calan entre chicos de 13 y 14 años, según un estudio en Barcelona

Un informe del ICPS revela que muchos adolescentes ya ven el feminismo como un “abuso” y niegan que exista desigualdad de género.

Un informe del ICPS revela que muchos adolescentes ya ven el feminismo como un “abuso” y niegan que exista desigualdad de género.

Un estudio del Instituto de Ciencias Políticas y Sociales (ICPS) realizado con estudiantes de nueve institutos de Barcelona ha revelado una fractura preocupante entre chicos y chicas adolescentes en cuanto a su visión del feminismo y la igualdad. A través de grupos de discusión con jóvenes de 4º de ESO (13-14 años), el informe detecta una penetración notable de discursos neomachistas entre los chicos, quienes los reproducen con tono militante y argumentarios muy organizados.

Mientras que la mayoría de las chicas afirman seguir percibiendo desigualdades evidentes entre hombres y mujeres, especialmente en el ámbito de la violencia sexual, muchos chicos niegan la existencia de esa desigualdad. Algunos incluso consideran que el feminismo actual supone “una injusticia hacia los hombres” o “un abuso”, y aseguran sentirse discriminados por ser varones.

Según las investigadoras, estos discursos pueden convivir con actitudes diarias más igualitarias. “Un chico puede mandar a fregar a una compañera en clase y, al llegar a casa, limpiar igual que su hermana”, señala Maria Freixenet, responsable de género del ICPS. Para Freixenet, estamos ante la primera generación que adopta discursos abiertamente antifeministas, aunque en sus prácticas personales no se comporten como generaciones anteriores.

El estudio también subraya que los chicos suelen construir sus argumentos a partir de mensajes externos —de medios, redes y figuras públicas— mientras que las chicas basan sus opiniones en experiencias vividas. Muchas adolescentes manifestaron incomodidad, hartazgo o resignación por la forma en que los chicos se relacionan con ellas y coincidieron en que la violencia sexual limita su libertad.

La buena noticia, según el ICPS, es que estos discursos se debilitan en cuanto se trabajan en el aula. La coeducación y las dinámicas grupales ayudan a que los chicos escuchen el testimonio de sus compañeras y desarrollen mayor empatía. Por eso, el estudio reclama más actividades educativas mixtas como herramienta fundamental para frenar de raíz la expansión del neomachismo entre los jóvenes.

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