La decisión de Donald Trump de retirar las ayudas de Estados Unidos a los programas de lucha contra el VIH ha generado una alerta sanitaria global. El Plan Presidencial de Emergencia para Alivio del SIDA (PEPFAR), en marcha desde 2003, ha salvado más de 25 millones de vidas y brinda apoyo directo a dos tercios de las personas que viven con VIH en el mundo. Sin esta financiación, más de 30 millones de personas quedarían en riesgo de perder su acceso a tratamiento.
El impacto de esta decisión es devastador, especialmente en África, donde países como Sudáfrica dependen del PEPFAR para el 20 % de su presupuesto contra el VIH. Según estimaciones, la retirada de los fondos podría causar la muerte de hasta 600.000 personas en la próxima década solo en este país. Además, la OMS advierte que, de mantenerse esta medida, el mundo podría volver a una situación similar a la de los años 80 y 90, con un aumento descontrolado de infecciones y muertes.
Las consecuencias de la retirada de ayudas comenzaron a sentirse de inmediato. Organizaciones de varios países recibieron la orden de no distribuir medicamentos financiados por EE.UU., cancelando citas y dejando a pacientes sin tratamiento. ONUSIDA calificó la medida como «un golpe fatal» para el control del virus y alertó de un «efecto en cascada» que agravaría la crisis sanitaria mundial. La interrupción del tratamiento no solo pone en riesgo la vida de los pacientes, sino que también incrementa la transmisión del virus, generando una expansión incontrolada.
Tras la presión internacional, el Gobierno de EE.UU. ha aprobado una «Exención Humanitaria de Emergencia» que permitirá continuar con la distribución de tratamientos en 55 países. Sin embargo, los expertos advierten que esta es solo una solución temporal. “Las infecciones no tienen fronteras”, señala María Velasco, del Grupo de Estudio del SIDA, alertando de que una crisis de esta magnitud podría tener impacto incluso en países como España. La comunidad científica y las organizaciones de salud exigen la reactivación completa del PEPFAR para evitar una catástrofe sanitaria global.