La Guardia Civil está investigando al propietario de una casa abandonada en el municipio de Tegueste (Tenerife) por ser el presunto autor de la decapitación del perro de la familia que vivía en la propiedad. El hallazgo de la cabeza del animal frente a la puerta de la casa fue lo que desencadenó la denuncia, que permitió iniciar una investigación a cargo del Seprona y gracias a la movilización y colaboración de los vecinos del municipio.
La familia del perro (Boli), ha confirmado que el propietario de la vivienda heredó la casa tras el fallecimiento de su padre y, desde entonces, la propiedad había quedado deshabitada. Tal y como cuenta el dueño del animal, Borja López, en una entrevista para Televisión Canaria, la casa se encontraba en condiciones de inhabitabilidad, con la ventanas rotas y «rodeada de zarzas». Fue este motivo por el que, tras confirmar con el resto de vecinos el abandono de la propiedad, decidieron ocupar la casa. La familia, con dos menores, la mujer en el paro y sin alternativa habitacional tras haberse vendido el piso que alquilaban hasta entonces, se vio obligada a optar por la vía de la ocupación.
«Yo me vi en la calle con dos niños, yo no quería hacerle daño a nadie. A ningún propietario ni nada. (…) Yo sé que está mal pero, en una situación límite, nos metimos ahí. A las dos semanas apareció el propietario. Intentamos hablar con él, pero no hubo manera. Han sido amenazas tras amenazas, denuncias…«, explica Borja López.
El caso se encuentra en fase de instrucción judicial tras ser derivado al Juzgado de Instrucción de La Laguna. Las pruebas obtenidas por los agentes, junto con los informes técnicos del Seprona, han permitido identificar al individuo como el principal sospechoso de un delito de maltrato animal con resultado de muerte.
Silencio ante el drama habitacional de la familia
Aunque el suceso ha provocado gran consternación en la comunidad canaria debido a la extrema violencia del acto, tanto las instituciones como los medios de comunicación que se han hecho eco de la noticia han puesto el foco en la violencia del terrible suceso acontecido, dejando de lado otro de los dramas: el de una familia sin casa y sin alternativa habitacional. En un comunicado oficial en redes sociales, el Ayuntamiento de Tegueste (PSOE) condenaba el acto y confirmaba su compromiso «con la protección y el bienestar de todos los animales», sin incluir mención alguna a la vulnerabilidad de la familia y el despojo de su derecho a la vivienda.
La falta de información por parte de los medios y la ausencia de soluciones de las instituciones en torno a la situación habitacional de la familia pone en evidencia dos hechos preocupantes: por un lado, las carencias de ambos actores a la hora de visibilizar y aportar soluciones a la crisis de la vivienda y, por otro, el tabú de la ocupación, cuando no la demonización de las personas que, por necesidad, se ven obligadas a ocupar.
Esta situación, desfavorable para los inquilinos en España, no solo favorece un escenario en donde se puedan llegar a propiciar actos tan violentos como el acontecido en Tegueste (donde una persona llega a verse legitimada a asesinar a una mascota por defender su «derecho a la propiedad privada»), sino que muestra, una vez más, la inercia institucional, legislativa e informativa favorable a los intereses especulativos de los propietarios.