Más de 150 vecinas y vecinos de Nou Barris y Sant Andreu han cortado esta semana la avenida Meridiana a la altura del Pont de Sarajevo para exigir la conexión entre las estaciones de Trinitat Nova (L3 y L4) y Trinitat Vella (L1). La protesta, convocada por la plataforma La Trinitat per la Mateixa Via y la FAVB, se produce un año después de una cadena humana con el mismo objetivo: «reclamar una infraestructura que permitiría mejorar la movilidad entre barrios populares del norte de Barcelona.«
La interconexión entre las dos estaciones, separadas por poco más de un kilómetro, permitiría enlazar tres líneas de metro y reducir el tiempo de trayecto sin necesidad de transbordos. Además, según ha señalado la Federació d’Associacions de veïnals de Barcelona (FAVB), la conexión facilitaría el acceso directo al hospital Vall d’Hebron desde municipios como Badalona y Santa Coloma, mejorando la equidad territorial en el transporte público.
Aunque el proyecto está recogido en el Pla Director d’Infraestructures 2021-2030 de l’ATM, la Generalitat aún no ha puesto fecha para el inicio de las obras. Las entidades vecinales reclaman que el proyecto ejecutivo esté listo antes de que acabe 2025, para que los trabajos puedan empezar en 2026. La conexión entre Trinitat Nova y Trinitat Vella lleva décadas posponiéndose y ha quedado relegada en sucesivos planes de infraestructuras desde principios de los años 2000.
El corte de la Meridiana, que se prolongó durante casi una hora, generó retenciones en uno de los principales accesos a Barcelona. La protesta tuvo un carácter festivo, con pancartas que simulaban puertas de metro y una batucada que acompañó el recorrido simbólico de dos convoyes humanos cruzando la vía de un lado a otro. “No nos vamos a quedar aquí, la próxima puede ser en día laborable”, advirtió Paco Flórez, portavoz de la plataforma vecinal.
Desde las entidades convocantes también se subraya que esta ampliación contribuiría a una movilidad más sostenible, al reducir el uso del vehículo privado y rebajar la contaminación en la zona. “La Meridiana no puede seguir siendo una autopista urbana. Con más transporte público, se avanza también hacia una ciudad más justa y habitable”, defienden.