Un informe reciente del Observatorio de Vivienda Digna de Esade ha puesto de manifiesto que aproximadamente 5,6 millones de hogares en España, equivalentes al 29,5% del total, no cuentan con una vivienda digna. Esta situación se debe a factores como la incesante subida de precios, la falta de oferta y la escasez de alternativas, especialmente para la población más vulnerable. El estudio advierte sobre la normalización de la precariedad habitacional y sugiere medidas para medir y abordar este problema.
El informe detalla que 3,2 millones de hogares se encuentran en situación de exclusión residencial severa, mientras que 2,3 millones están en riesgo de llegar a este extremo. La dificultad para acceder a una vivienda digna afecta directamente al bienestar y la salud de las personas, condicionando aspectos fundamentales como la natalidad, la emancipación de los jóvenes o el empleo. De hecho, el estudio señala que el 40% de las personas en situación de exclusión residencial severa sufren ansiedad o depresión.
Ignasi Martí, director del Instituto de Innovación Social de Esade, destaca que «la vivienda no es solo un techo, debería ser un lugar seguro, estable y digno desde el que construir un proyecto de vida». El informe subraya la necesidad de establecer requisitos mínimos de vivienda digna para evitar la normalización de la precariedad habitacional, un fenómeno que avanza de manera alarmante.
Además, la investigación revela que, pese a tratarse de un «pilar fundamental» para el desarrollo integral de las personas, actualmente no existen datos ni indicadores suficientes para medir la dimensión real del problema que supone la falta de acceso a una vivienda digna. «Es fundamental establecer unos requisitos mínimos de vivienda digna para evitar la normalización de la precariedad habitacional», concluye el informe.